Me hubiese gustado que esta crónica la escribiera Arturo o Lucía, más que nada porque yo no estuve, pero bueno, intentaré ceñirme a los hechos.
Día gris que, cual ave de mal agüero, ya vaticinaba un día duro. Lo que en principio debió ser una bajada fácil y sin complicaciones, al ser el tramo "fácil" del Ara, cambió por completo debido al volumen de agua que llevaba el río a causa de las lluvias y el deshielo. Aquí tenemos a Arturo haciéndose una idea del "marrón" (por el color del agua jejejeje) en el que se iban a meter.
Pero... ¿Cómo resistirse a entrar, a pesar de la riada, después de haber subido hasta el Ara? La respuesta es fácil.....¡¡¡¡Al agua!!!
Era el primer día de Arturo en un río de verdad -en términos de aguas bravas- y la experiencia fue agridulce.
No tenemos fotos de los mejores momentos porque metidos en harina no es cuestión de sacar la cámara para hacer fotos, pero según me han dicho había olas que superaban el metro y agujeros que "quitaban el sentido".
Hubo varias nadadas con pérdida de material incluida aunque, al final, se recuperó casi todo con la excepción de la pala ergonómica de Arturo (si alguien la encuentra y no quiere ir al infierno que nos de un toque -se gratificará-). La Pala es una Adventure Tecnology AT 4 Play ergonómica con pegatinas en las hojas.
Quiero darle las gracias a Ricardo por enseñarnos y por hacerse cargo de nosotros en situaciones tan comprometidas. Al final todos fueron felices y comieron lo que les dió la gana para recuperarse del esfuerzo.
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